En la primera parte de Historia de mujeres en las montañas de Colombia presentamos a mujeres extranjeras que escalaban y paseaban por nuestras montañas; Dorly Marmillod, Linda Biaggi (Toti) y la hermana Calixta. En la década del setenta no se conocía aún presencia de mujeres colombianas en las montañas, de hecho no era una actividad usual en las mujeres de la época, hasta que la enérgica cordada femenina compuesta por Patricia Gaviria y María Isabel Arango llegó.
Inspiradas por el sueño de escalar y caminar entre las montañas, quizá una intuición, comenzaron a prepararse para aventuras emocionantes y arriesgadas en las rocas y montañas colombianas en compañía del hermano de Patricia, nada más ni nada menos que Sergio Gaviria, uno de los pioneros de la escalada en nuestro país.
Juntas, comenzaron a visitar las Rocas de Suesca, a acondicionarse físicamente en la Quebrada la Vieja y a realizar diferentes ascensiones y caminatas por páramos y altas montañas colombianas, a planear expediciones y a prepararse para ello. Fueron miembros activos del club de andinismo de la época, el Club Campo Abierto, fundado en 1975 por Jorge Monsalve, que organizaba viajes y exploraciones de escalada, senderismo, espeleología y montañismo en diferentes regiones del país. El primer ascenso de alta montaña de esta cordada femenina fue en 1977 al Nevado del Tolima (5325 m) y en 1979 emprendieron una exploración por la Sierra Nevada del Cocuy durante doce días junto a Hubert Frank, Sergio Gaviria, Felipe González y Miguel Angel Afanador en los que escalaron, entre otras montañas, los Picos Sin Nombre (5030 m), el Pico Blanco (4998 m) y El Castillo (5123 m), considerada, con toda razón, la montaña más bella del país y uno de los grandes retos de la Sierra por su distante ubicación y por la dificultad de su vía normal.
Vicky en la cumbre del Pico Pan de Azúcar.
Un viaje y una escalada sin precedentes, teniendo en cuenta que en esta época el acceso a los materiales y a la indumentaria de montaña era bastante limitado y que quizá sería el primer ascenso de una cordada femenina colombiana a estas montañas. María Isabel, a quien sus amigos llaman Masa, recuerda que ni siquiera usaban (ni existía) bloqueador solar y que de alguno de los numerosos viajes al Cocuy regresaron con ceguera de nieve y duraron casi una semana recuperando la visión. Por supuesto, estas fuertes y motivadas biólogas uniandinas, eran los “bichos raros” entre sus conocidos y seguramente aún más entre sus compañeras pero compartían un inmenso amor y motivación por practicar la escalada en roca y la alta montaña. Las aventuras de María Isabel y de Patricia son verdaderamente sobresalientes e inspiradoras; dos mujeres apasionadas y dedicadas a las montañas en una época en la que la escalada no era precisamente una actividad promocionada y “bien vista” para la mujer colombiana.
María Isabel Arango llegando a la cumbre del Pico Castillo en la Sierra Nevada del Cocuy. Foto: Sergio Gaviria
Durante los años ochenta la actividad montañera se concentró en la conquista de las grandes paredes de roca, retos bastante técnicos a los que se enfrentaban los escaladores de la época quienes ya se entrenaban en las Rocas de Suesca. En el escenario femenino los ochenta encontraron una apasionada mujer que conoció la escalada y el montañismo en Francia, María Victoria Gutiérrez, conocida como Vicky. María Victoria inició sus actividades alpinísticas en compañía de Christian Charrie en los alpes franceses y a partir de ese momento combinó con igual pasión la escalada y el alpinismo, abrió nuevas rutas de escalada y junto con sus amigos y grandes cordadas creó el primer muro de la Universidad Nacional, en el cual muchos de nosotros comenzamos a escalar. Vicky frecuentaba continuamente las Rocas de Suesca, el Nevado del Tolima y la Sierra Nevada del Cocuy en compañía de escaladores como Juan Ricardo Mancera y Luis Felipe Ossa y dejó sin lugar a dudas un legado muy importante para la mujer escaladora y montañista colombiana, un ejemplo de pasión y de integralidad en el deporte. Definitivamente, en cualquier modalidad, ella amaba escalar.
María Isabel Arango y Patricia Gaviria en la cumbre del Pico Blanco en la Sierra Nevada del Cocuy. Foto: Sergio Gaviria
El recuerdo de las ascensiones y aventuras de María Isabel, Patricia y Vicky nos inspira a motivarnos aún más, a pensar que si ellas podían hacerlo en una época en la que la escalada y la montaña estaban apenas naciendo en nuestro país, con acceso aún limitado de materiales y técnicas (en comparación con la actualidad) también podemos ahora plantearnos nuevos y emocionantes retos, ahora que las condiciones son bastante diferentes y tenemos acceso a todo tipo de indumentaria y de materiales. Únicamente nos falta recuperar el acceso a nuestras amadas montañas.
Continúe en este link con la tercera parte de este interesante relato de Historias de Mujeres en las Montañas de Colombia. |
Este articulo hace parte de la colección especial que recopila y celebra los más de 10 años de la Revista La Piola. Fue publicado originalmente el 4 de Mayo de 2018 en la Revista La Piola edición impresa #31.
Te podría interesar
EL GUAMBIAL Escalada para La Paz
En las estribaciones del Nevado del Huila cuentan los abuelos sobre la existencia de una gran roca donde solían posarse los cóndores en sus travesías aéreas por el macizo colombiano, y aunque hace muchos años que no se le ve por ahí, al lugar se le s...
PÁRAMO DEL ALMORZADERO Escalada de aventura para p...
Evitando estar en los destinos más concurridos, decidimos pasar la temporada turística en un páramo desolado y poco conocido, aunque no tan lejano ni inhóspito como se podría pensar. Viajamos de Bogotá al municipio de Cerrito, Santander, pasando por ...
Test de Productos TOPARA
Como parte del acuerdo establecido entre la marca TOPARA y REVISTA LA PIOLA, se recibieron productos con el fin de ser usados y probados durante actividades de montañismo y escalada desarrollados en los viajes llevados a cabo por Revista La Piola. ...
Pared Sur del Ritacuba Negro
De camino hacia el Ritacuba Blanco por la ruta normal, esta imponente pared repentinamente se le presenta al caminante con indescriptible majestad. En enero de 1980, estuve contemplando inmóvil este panorama por varios minutos desde la bifurcación qu...
Cerros de Mavicure. Secretos en la escalada colomb...
El humo del sahumerio tenía un olor dulce… “Apache Puinave” Capitán encargado de la comunidad del Remanso, como le enseñaron sus abuelos, pidió permiso a los espíritus de la selva para abrir los caminos… Al día siguiente cumplió el sueño que persigui...